miércoles, 3 de febrero de 2010

Aquél que se fue


Mar
que acompañas siempre mis penas
que me traes esos mil recuerdos
de aquel hijo que se fue.
Dejó su hogar
y enarboló bandera,
creó vida fuera,
para no regresar.

Tierra
que atesoras dentro de ti su cuerpo,
con su sudor y con sus deseos
de algún día regresar
Vela desde ahí
a la simiente que deja
cuida tú siempre de ella
y no la dejes partir.
Aire
que te has fundido con su aliento
con su calor y con su tiempo
en tu largo peregrinar
Hazme llegar
ante sus hijos mis versos
y que sepan como es que siento
desde aquí su eterno llorar.

Fuego
que consumiste sus años
emblanqueciendo sus sienes
no llores, ya no lo tienes;
bajo el lodo descansa ya
y tal vez regresará
en la voz de algún poeta
al que fuera su lugar.

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